Solo fue entonces; solo fue
cuando la luz entró por los ventanales; solo fue cuando la luz por fin rozó su piel
cuando lo supo ¿El qué? Que el tiempo no volvería, que el tiempo se escapa
entre los dedos, que ahora era tiempo de dejar de llorar, de salir allí fuera
y brillar y brillar para soñar y soñar en lo que después vendrá.