domingo, 3 de noviembre de 2013

Brisa


La suave brisa arrastraba con quietud las nubes temiendo quizá el poderlas dañar. Estas no oponían resistencia y se dejaban llevar allá dónde le dulce soplo las quisiera llevar. Muchos fueron los paisajes que desde las alturas pudieron divisar; campos, bosques, mares, más fue una granja las que las consiguió cautivar. En ella una hermosa joven las contemplaba al pasar con ojos que delataban un triste pesar o nostalgia quizás. Las nubes parecieron detenerse pues la brisa las dejo de empujar. Esta, primero acaricio la suave piel de la joven para después con su cabello juguetear para intentando así sus ánimos levantar. Al no conseguir mejorías un trozo de algodón en sus manos la brisa depositó para que el suave tacto rompiera la coraza de su entristecido corazón. Pero por mucho que la brisa se empeñara su meta no alcanzó así que tal como vino se marcho y consigo a las nubes se llevo.      

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