El
fuerte temblor del suelo la hizo estremecer, un peligro inminente estaba a
punto de acaecer. El silencio absoluto y luego una imperturbable quietud fue
seguida de una sensación extraña. Al mirar por encima de su hombro un gritó
ahoga, un monstruo de enorme envergadura la observaba con oscura intención. Unas
zarpas de enorme tamaño no dejaron acrecentar el pavor pues raudas y veloces se
cernieron sobre la muchacha acallando por siempre aquella dulce voz mancillada
por los sollozos del más puro terror. Erradicado todo alboroto el silencio
absoluto volvió a acompañar a aquel monstruo solitario conocido por viejas
leyendas como dragón.
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