domingo, 27 de abril de 2014

Mar


¿Donde estaban? ¿Es que nadie la vendría a buscar? El viento agitaba las alas de la incipiente noche que despertaba ya, mientras el sol se despedía con una reverencia temeroso de lo que podía pasar. Dejando atrás la orilla para buscar cobijo en el mar, una joven sin nombre entre las olas se puso a jugar, queriendo así ahogar en las frías aguas la certeza amarga de que en tierra firme nada ni nadie la esperaban ya. Con la sinuosidad de la blanca espuma su vestido se fue a fundir, al igual que las ásperas lágrimas que no podía reprimir. Con terror en la mirada volvió la vista atrás y tan solo halló lo que cabía esperar: la vacía nada que sus hombros estaban cansados de cargar. La decisión estaba tomada, una sonrisa que albergaba alegría afloró sin más, era el momento de marchar. Fue tan fácil dejar arrastrarse al fondo del oscuro mar pues ¿Qué diferencia había? En vida tan solo había estado rodeada por oscuridad. Nadie la echaría de menos, ese fue el último pensamiento que su mente fue capaz de gestar. Entonces… ¡alguien gritó su nombre! pero ella nunca lo pudo escuchar.

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