lunes, 27 de junio de 2016

Verano en blanco y negro




El sol yaciente daba respiro a un opresivo calor para dar paso al frescor liberador de la noche mientras la suave brisa se alzaba para de manera descarada agitar unos cabellos dorados con olor a flor.
Con las primeras penumbras fueron muchos los que dijeron adiós a unas mansas aguas teñidas ya con escaso color pero ella allí seguía, ella no estaba dispuesta a dar aquél adiós.  Hubo un tiempo en el que ella fue como ellos, un tiempo en el que compartía risas y diversión, un entonces en el que en su corazón latía deprisa el amor. Aquél verano seria en blanco y negro pero no había lugar al llanto pues más tarde o más temprano volverían a su vida las motas de color.


2 comentarios:

  1. Sin duda, después de la tormenta viene la calma... Un abrazo Sara!! preciosa imagen y bonito relato lleno de esperanza.

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