Lo tenía todo, todo lo que se supone que debe ir acompañado
de la felicidad, pero no es así, no es verdad. Todo lo que tenía eran solo
atenciones fingidas, caricias que ni siquiera eran de verdad. El olor de las
flores de cerezo la envolvía en su fragancia brindándole un consuelo efímero,
tan efímero que tal vez tampoco era real.
Sara Un abrazo grandote, te sigo siempre y te deseo lo mejor mi dulce amiga!! La felicidad, ya sabes se compone de pequeños detalles.... y de esos tenemos aunque a veces no lo apreciemos como deberíamos...
ResponderEliminarTu sí que eres un pedazo de amigo, es todo un alago que sigas siempre ahí. Otro abrazo grande para ti!!!!!!!!!!!!!
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