domingo, 26 de mayo de 2013

Glamour



Las calles parisinas le daban una calurosa bienvenida para que con el juego de escaparates y luces diera rienda suelta a la compradora compulsiva que poco necesitaba para dejarse ver.  Con tal aturdimiento de su mente, su sed solo se puede saciar con el lujo terrenal de la buena ropa y las joyas brillantes.

2 comentarios:

  1. Sara precioso blog, FELICIDADES, ya me pasaré por aquí más de una vez, y este trabajo una maravilla, pero todos me parecen geniales un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Azulina, que alegría verte por aquí. Muchas gracias por la visita y pásate cuando quieras siempre será bien recibida no hace falta ni que te lo diga.

      Eliminar