Demasiadas
experiencias y vivencias para ser guardadas en el interior de la memoria dónde lentamente
se irían distorsionando con el paso de los años siendo finalmente olvidadas por
los estragos de la edad. Demasiadas eran las fuerzas con las que estas querían
dejarse ver para permanecer por siempre inmortales y ajenas a la volatilidad
del tiempo. En el lienzo blanco que era su piel, con caricias de tacto de aguja
y bálsamos calmantes en forma de pigmentación se dio origen al bosquejo que
ahora muestra su espíritu tal y como es, mostrando ante el mundo sin tapujos su
manera de ser.
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