Cuando
el miedo te hace temblar solo tienes dos opciones; la primera luchar
contracorriente revelándote a tus propios temores asumiendo las posibles
consecuencias, o la segunda que no es otra que camuflarte entre los enemigos convirtiéndote
en uno miembro más de su clan vistiéndote con sus costumbres y sus
comportamientos. La segunda de las opciones fue la decisión que tomó hace ya
tiempo atrás y ahora espera silenciosa entre las sombras, cual leopardo oculto,
un descuido de su presa para lanzarse sin miramientos a la yugular escapando
así de un largo cautiverio que ha sido autoimpuesto por aquello que mueve tanto
a humanos como animales; el puro instinto de supervivencia.
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