jueves, 20 de junio de 2013

Una tarde más


Sentir la brisa fresca rozando su piel y el delicado aroma de unas flores recién cortadas del jardín apaciguaba su ánimo cansado de lidiar con disputas familiares por malentendidos que en realidad no lo eran, pero que así eran disfrazados ante aquellos que eran amigos de las ambicionadas altas posiciones de la sociedad. Alejada de reuniones dónde era juzgada por comportamientos inadecuados para alguien de buena cuna y protegida de las miradas de aquellos que la juzgaban por diversión, en su cabeza solo había lugar para la nada, tan solo quería que fuese una tarde más una tarde en la que el murmullo a sus espaldas no eran de lenguas viperinas sino la del aquietado silencio, el de los pájaros al volar.

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